Querida princesa: ¿Alguna vez te has sentido agobiada, estresada, intranquila, ansiosa o cansada? ¿Has sentido que tus fuerzas se acabaron y que ya no puedes más? ¿Has deseado dormir y no tener que despertar? No sé cuáles son los problemas que hoy te aquejan, no sé cuál es el motivo de tu tristeza, no sé si cuando sales a la calle tienes una sonrisa fingida. Hoy quiero decirte que la razón de este post eres tú, es por ti y para ti, para que poco a poco logres avanzar, logres fortalecerte; para que ya no tengas que ponerte más una máscara, para que cuando estés encerrada en tu cuarto en medio de tu soledad no estalles más en llanto. Imagen tomada de lamenteesmaravillosa.com. Quizás te sientas identificada, quizás no; si no es para ti, tal vez sea para esa mujer que ahora tienes en mente, para esa que sabes que está pasando por un mal momento. Hoy tienes en tus manos una forma de ayudar. En cualquiera de los dos casos, le pido a Dios para que hable a tu corazón acorde a tu ne