Un año más que me siento a cenar en las navidades con mi familia y me preguntan que: ¿Para cuándo el novio? ¿Que si me pienso casar? ¡Por supuesto! Pero decidí que no con cualquiera... Imagen tomada de: mejorconsalud.com. No cualquiera merece mi amor, mis detalles, mi esfuerzo, mi servicio, mis atenciones, mi cariño, mi tiempo, mi cuerpo y mi vida; pero más que eso, después de varias equivocaciones entendí que no cualquiera está dispuesto a amar a Dios sobre todas las cosas y a que el propósito eterno sea nuestro mayor y único propósito. ¡No cualquiera me merece! Simplemente, porque antes que a mí debe amar a quien me amó primero. No necesito a ningún hombre para ser feliz, porque ¡ya soy feliz! Y podré seguir esperando el tiempo que sea necesario, porque ya he podido descubrir y experimentar el único y verdadero amor, incondicional e ilimitado. Ya encontré mi eterno amor y ese se llama Jesús, quien sin entregarle nada, me entregó todo. ¿Que si me voy a casar? ¡Por supuest