Quien decide amar sabe que está expuesto a que le rompan el corazón. ¡Sí, el amor duele! Duele, pero es una aventura única donde si el amor resulta vencedor se podrán experimentar mil y un momentos y emociones que nos llenan el alma y para siempre. El amor duele, pero cada quien decide hasta cuando, cada quien decide qué tanto. El amor duele, pero debemos establecer límites, porque algunas veces no es amor, sino capricho, obsesión, dependencia... ¡Es allí cuando debemos aprender a soltar! El amor duele, pero cuando es real y viene de Dios, vale la pena esforzarnos y salir adelante. El amor verdadero perdona, no juzga, comprende, entiende y permanece en el tiempo; no es efímero, no es egoísta, no se basa en egos. Nunca deja de existir y jamás es condicional. El amor verdadero se construye, requiere de tiempo y dedicación. El amor verdadero no decide por conveniencias ni intereses personales, no se refiere a un "yo", se refiere a un "nosotros". El amor verd